Es el hábito de posponer (consciente o inconscientemente) tareas o responsabilidades importantes. Esto puede generar ansiedad, estrés, culpa y baja autoestima. También puede afectar al rendimiento tanto profesional como escolar.

Te doy algunos consejos para ayudarte a afrontarla:

1. Establece metas claras y alcanzables: es importante definir qué es lo que quieres conseguir y establecer metas concretas y sobre todo realistas. Esto te ayudara a enfocarte en lo que debes hacer y a evitar distracciones.

2. Divide las tareas en partes más pequeñas: las tareas grandes y complejas pueden ser abrumadoras y desmotivadoras. Intenta dividirlas en partes más pequeñas y manejables para mantener la motivación a lo largo del proceso.

3. Prioriza las tareas: es importante identificar qué tareas son las más importantes y cuáles debes hacer primero. Haz una lista que te permita verlo claramente.

4. Identifica los obstáculos y las distracciones: es importante identificarlos y tomar medidas para que no impidan la realización de la tarea que has planeado hacer. 

5. Establece un plan de acción: márcate un plazo, una fecha límite para cada tarea. Esto puede ayudar a mantener el enfoque y la motivación para completar las tareas a tiempo.

6. Pide ayuda: si es necesario, recurre a tus colegas de trabajo, amigos o familiares para completar una tarea. Esto puede ayudar a evitar la procrastinación y a obtener el apoyo necesario para alcanzar las metas. 

Recuerda que la procrastinación no es una característica de la personalidad, sino un hábito que se puede cambiar. ¡Tú puedes hacerlo!